Esta mañana he tenido una charla telefónica con un cliente. En un momento de la conversación me ha comentado:
«Miguel Ángel, hemos visto que una vez implementado, cada vez más usuarios prefieren cursos más cortos y que se puedan acceder fácilmente desde el móvil. Ha costado pero ahora ven claros los beneficios del modelo».
Os describo gráficamente cual ha sido mi reacción (desde el otro extremo del «hilo telefónico»):
Una vez la llamada había terminado me quedé pensando cual era el motivo por la cual los trabajadores del cliente creían que nuestra propuesta les era más útil.
Seguramente el formato de aprendizaje basado en microcontenidos debe el éxito a que ayuda a concentrar la atención sin perder información clave y la metodología adoptada (envío de contenidos de forma calendarizada y con una cadencia temporal) permite establecer un foco concreto, una disciplina de aprendizaje y atención constante pero no intrusiva, lo cual facilita al usuario adaptar el aprendizaje a su ritmo vital sin perder intensidad. Y las dinámicas de gamificación aunque sencillas, son clave para mantener esa atención.
Pero nada de esto habría funcionado sin el canal en el cual se distribuye la información. Hay otras soluciones que aplican conceptos similares a los nuestros. Lo único que hacemos realmente diferente es el medio de transmisión. En nuestro modelo, usamos de forma principal (y de manera natural) el teléfono móvil/tablet, ya sea personal o de empresa.
Si hay algo que llevamos encima y consultamos de manera frecuente es nuestro teléfono móvil. Si hay una pantalla que crece en consumo de información es el teléfono móvil. ¿Cual es el canal dónde se producen las mayores conversiones en compras online? ¿Qué dispositivo tiene en su poder más de un 85% de la población? El teléfono móvil.
En el caso de nuestro cliente, el valor diferencial claramente estaba ahí. El ya tenía un campus online con cursos de formación, alguno de ellos superiores visualmente a nuestros cursos, con propuestas muy interesantes que tienen su objetivo y lógica dentro de un conjunto de acciones formativas.
De hecho lo que hacemos es complementarlo, no reemplazarlo. Ofrecemos una gran experiencia de usuario (toca trabajar para que sea excelente :D) en el medio más adecuado. Como diría McLuhan «El medio es el mensaje».
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