Cuando la formación es un gasto – Fundae

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No se puede negar que estamos en una sociedad dominada por una evolución constante: nuevos procesos, conceptos, procedimientos, regulaciones… En este contexto, la empresa necesita caminar al ritmo de los cambios y adquirir de la forma más rápida y efectiva posible estos nuevos conocimientos. Una empresa que quiera estar alineada con la realidad debería apoyarse en la gestión de talento y en la formación de sus equipos de trabajo para que estos le ayuden a crecer y seguir compitiendo.

Desde hace años, en España existe un sistema que permite a las empresas aprovecharse de una subvención para realizar formación. Antes se llamaba Forcem, luego Fundación Tripartita y ahora Fundae.

Con este sistema, cada empresa tiene un crédito que puede utilizar en formación (presencial, online o blended). Si quieres calcular el crédito disponible para tu empresa, puedes consultar los datos que encontrarás en los Recibos de Liquidación de Cotizaciones ingresados (Base otras cotizaciones) del ejercicio anterior y dividirlo entre la plantilla media: sumar el número de trabajadores (Recibos Liquidación Cotizaciones) dividido entre 12.

El cálculo depende mucho de la base de cotización pero podemos hacer un aproximado para una empresa con 500 trabajadores que tendría un crédito de unos 30.000  euros.

Hagamos un ejercicio de cálculo. Pongamos que esa empresa ficticia de 500 trabajadores factura 150 millones y tiene unos beneficios de 10 millones. Supongamos también que esa empresa decide de manera proactiva dedicar un 0,1% de la facturación a formación (un 0,1% de la facturación a mejorar procesos no parece excesivo). En este caso, la inversión en formación sería de 150.000 euros, a los cuales podríamos añadir los 30.000 euros que se subvencionan, quedando una partida de inversión en formación de 180.000 euros.

La realidad es algo diferente

Frecuentemente, la empresa pone como tope la cantidad subvencionada a la que añade partida adicional para cubrir formaciones específicas de equipos directivos. La formación que se realiza sólo se aprueba/ejecuta si no supone un gasto para la empresa.

Con este modelo que ha primado la bonificación y la gratuidad por encima de otros criterios, la formación de las algunas empresas pasa de ser algo fundamental para la mejora de procesos, el aumento de la productividad y clave para el crecimiento, a una partida subsidiada, sin fuerza propia en los presupuestos de la empresa.

Esta realidad deja a los departamentos de RRHH sin capacidad ni legitimidad para proponer cambios o propuestas innovadoras. No se dota a los equipos de RRHH de recursos suficientes para gestionar y potenciar el talento. En lugar de decidir cómo realizar la formación deseada, han de buscar recursos que se ajusten a la cantidad subvencionada.

Mientras esto no cambie, seguiremos teniendo un problema endémico. Y que ladirección de las empresas no tome conciencia que la formación ha de tener presupuesto propio y adecuado. Una falta de preparación real de las personas, que seguirán sin estar alineadas ni con la realidad ni con las necesidades de la empresa. Una ineficiente gestión del talento.

Hay posibilidades de mejora

Hoy en una visita, un responsable de RRHH me comentó que lo lógico sería que la partida de la formación que subvenciona Fundae suponga sólo un 15-20% del total de la formación que realiza la compañía. Evidentemente era su caso y lo explicaba con orgullo.

Es en días como hoy en los que confío en que cambiaremos de paradigma, y hacer de la formación y la gestión del talento una pieza clave en la política de inversión de las empresas.

 

PD. Mi objetivo no es criticar la labor de la Fundae ni de los departamentos de RRHH que ven limitado su trabajo. Creo que la propuesta de valor de Fundae tiene carencias, elementos anticuados y rígidos y que debería facilitar la incorporación de nuevas metodologías, pero es un gran instrumento que bien utilizado y con un planteamiento serio puede ayudar a las empresas a complementar su plan formativo.